martes, 22 de noviembre de 2011

Tutú y Pipo


Los leones, las cebras y el oso viven aterrados en sus jaulas. No comprenden cómo es posible que aquellas, las más temibles fieras del circo, campen a sus anchas por todo el recinto.
La mañana ha amanecido tranquila, tan sólo los murmullos de los humanos al ir y venir de hacer sus tareas; pero aquella calma dura poco. De la caravana de los payasos salen los terribles monstruos: uno vestido de bailarina y el otro de bombero. Ya han decidido quién será su víctima para ese día. Se lanzan contra la jaula del oso y tratan de meter sus cabezas por entre los barrotes insultando y amenazando al dócil plantígrado. Acurrucado en una esquina, el animal intenta taparse las orejas, incapaz de asimilar las soeces que son capaces de articular los violentos caniches.

6 comentarios:

Luisa Hurtado González dijo...

Ciertamente los caniches son los peor, independientemente de cómo estén vestidos; pero la culpa es de sus dueños, que encima les educan fatal.

Mar Horno dijo...

Esos caniches son monstruosos. Me encantan las historias del circo. Un saludo.

Rosa dijo...

Me has pillado Alberto. No me esperaba para nada que fuesen caniches, jajaja.

Besos desde el aire

Juanlu dijo...

Teme siempre a un perro pequeño, tenemos siempre muy mala leche...(me añado por lo pequeño, no por lo de perro)

Guau!

Elysa dijo...

Mira que pueden llegar a ser escandalosos y maleducados, pero culpa de esos dueños. ¡Pobre oso, pobres todos!

Besitos

Alberto Proset (Ojodegato) dijo...

Ya sea en un circo, en una empresa o en un ministerio, es difícil adivinar dónde se encuentra el "topo".
Gracias por pasar y comentar.