La
encimera de la cocina se quedaba pequeña para tanto preparativo. Los platos,
uno tras otro comenzaban a acumularse en el fregadero. Va a la nevera para
sacar el pavo, ingrediente indispensable para su receta; pero al repasar las
baldas recuerda que se olvidó de comprarlo el día anterior. Mira el reloj y
corrobora que la tienda está cerrada. Se quita el delantal y corre hacia el
salón. Se acerca a la cápsula que tienen instalada entre la pecera y la
minicadena y accede a su interior. Marca las coordenadas en el teclado. A
través del cristal puede leer un post-it que ella misma puso como advertencia a
sus hijos: “Usar sólo en caso de emergencia”. El viaje dura un segundo. Sale y
sonríe educadamente a una chica con el pelo mojado y una toalla como única
vestimenta a la cual cede el transportador. Recorre el pasillo central de la
tienda con la precaución de no tocar nada y mira a ambos lados hasta encontrarse.
-Susi
-se dice, y su yo de ayer se vuelve para mirarse-, acuérdate de coger el
pavo... y pan integral, que estoy a punto de estallar esos vaqueros.
9 comentarios:
Qué bueno Alberto :-)
lo que pagaríamos por uno de esos. Me gusta la naturalidad de la mezcla, el uso de la ruptura espacio temporal para solucionar el olvido de la compra. Y el detalle de la chica recién salida de la ducha es genial ;)
Un beso
Un día de estos te llamaré para que me des unas clases de imaginación: ¿a cuánto las cobras?
Que bien me vendría en los días clave una maquinita de estas... Muy muy bueno Alberto.
Besos desde el aire
Esta máquina del tiempo es genial. Es un micro fresco, imaginativo y muy bien escrito. Me encanta pasar por aquí. Un saludo desde el pasado.
Qué bueno!! ¿Cuánto falta para que fabriquen una máquina de esas?. Muy natural ese salto en el tiempo. Un texto ameno y agradable de leer.
Un abrazo.
Joder que bueno!!!...con quién hablaba yo ayer de una máquina del tiempo????...leche cienmanos, jejejeje
Un abrazo!!! te has salio!!!
Qué bien me vendría esta maquinita, muy bien llevado ese salto espacio-temporal.
besitos
Vaya, que exitazo... Este micro lleva escrito algún tiempo. El micro "El post it", que leí ayer en el blog de Sara Lew me recordó que era el momento de colgarlo.
David, tú tampoco es que vayas mal de imaginación.
Muchas gracias a todos.
He tenido la suerte de volver a releerlo. Un placer.
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