Jugaba sola frente al establecimiento, corría calle arriba
y abajo armada con una pistola de plástico y un sombrero de cowboy, simulando
disparar a sus imaginarios enemigos usando los coches como parapeto.
Cuando llegó la hora de cerrar y ya el último de los
clientes había abandonado la tienda, la niña tocó el timbre de la puerta del
comercio. El dependiente pulsó el botón y liberó el cierre para que la
sonriente muchacha entrase.
-Hola -saludó examinando con la mirada el interior del
local-, ¿está aquí mi madre?
-No, aquí no hay nadie más que yo... -y comprendió-. ¿Te
has perdido? No te preocupes, llamamos a la policía y localizamos a tus papás
en un momento.
Un inquietante “clic” hizo que el dependiente levantase la
mirada del teclado del teléfono. La pequeña lo estaba encañonando con la
pistola.
-No vamos a llamar a nadie, pedazo de gilipollas -aseguró
la minúscula bandida-. Ves esto. Tienes dos minutos para llenarla... y como
hagas algo raro te vuelo la cabeza.
Y estrelló en plena cara del joyero una mochila rosa de
Hello Kitty.
7 comentarios:
Qué bueno, lo que me he divertido. El detalle de la mochila de la Kitty no tiene desperdicio. Muy fresco para este viernes soleado. Un saludo.
Hello Kitty o Dora Exploradora...es igual lo que le pongas que la niña lo sabe usar, es desternillante!
glub! cuando llegue a casa le quito a mi niña la mochila, registraré bajo su cama por si tiene joyas...jejejeje
Muy bueno!!!
Un abrazo!
Alberto, este también muy divertido y sorprendente. El detalle de la mochila es impagable.
Gracias por el buen rato.
Besitos
Jajaja, si es que cada día son más precoces...
Besos desde el aire
Son tiempos muy duros, pero la niña no necesita pistola. Le basta con decir: "O me das lo que tienes, o me pongo a gritar, y decir que eres un pederasta y has intentado abusar de mí".
Me parece un argumento mucho más poderoso que una pistolita de juguete ¿No?
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Tio Antonio, gracias por pasar por aquí, bienvenido. En este caso la niña es una ladrona, no una mentirosa. Que la niña sea una niña no quiere decir que su arma sea de juguete, pero sí que su condición le permita pasar desapercibida.
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