Ya tenía un boceto del
traje, con capa, por supuesto, y el nombre por el que quería que todos conocieran
a su álter ego.
“Una vez más”, se dijo, y
pasó la palma de su mano izquierda por encima del ratón, el cual cayó fulminado
sobre el suelo de la jaula. Sonrió. Pasó el puño cerrado de la derecha, el
roedor se levantó tambaleante y comenzó a correr de nuevo en la rueda.
Ya sólo le restaba
decantarse por una de las dos opciones. Difícil decisión, pues ambas le
resultaban de lo más atractivas. Siempre fue... un poco ambidiestro.
5 comentarios:
Enooorme este micro. Es de los que me hubiera gustado haber escrito yo.
Difícil decisión, la verdad, ser villano también tiene su "aquel". Muy divertido.
Besitos
Si es difícil, si. Decidirse en estos tiempos en los que son héroes los villanos.
Besos desde el aire
Venga ya, David. A mí si que me gustaría sacar tu punto de vista para conseguir algunos micros como los tuyos.
La situación en el micro no tiene punto intermedio: o el bien o el mal.
Gracias por pasar.
Los superpoderes de este hombre se las traen. No quisiera yo estar en esa tesitura. Muy bueno el final con esa comparación entre la en principio "inocente" utilización de ambas manos y su duda entre hacer el bien y el mal. Muy bueno. Un saludo.
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