martes, 25 de octubre de 2011

Mi nuevo colchón


Nada más tumbarme apareció de sopetón, una turba de ellas corriendo apelotonadas en todas direcciones. Intentando organizarlas y que formasen una fila medianamente ordenada para poder contarlas, finalmente, agotado, me quedé dormido.

8 comentarios:

Mar Horno dijo...

Bueno, bueno. Esa turba de ovejas agotando al pobre hombre. Genial. Voy a probar el método. Un saludo.

montse dijo...

El paso siguiente será grabarles un código de barras identificador. Entonces si que va a ser fácil dormirse!

XAVIER BLANCO dijo...

Alberto, buen micro, Yo ni por esas, hay días que tengo que mandar al lobo a comerse las ovejas. Y el sueño se convierte en una carnicería, no hay quien duerma con tanta excitación.

Luisa Hurtado González dijo...

Yo empecé pensando en pulgas, ya sé que soy rara, pero... bueno, tengo mis limitaciones.
Después tu lo has dejado claro. Ovejas. Con todo ese mogollón en el colchón, ¿quien va a dormir?

Elysa dijo...

¡Ah! pero consigue dormirte, yo me lío a ponerles colores, topitos, ect... y me dan las del alba.

Muy divertido

Besitos

Rosa dijo...

Jajaja, me pasó como a Luisa pensé en pulgas y me dió repelus.

Besos desde el aire

Alberto Proset (Ojodegato) dijo...

La postura, pensamientos y técnicas para dormir es una cosa muy personal de cada uno. Imaginar a alguien inflado de Coca-cola, he ahí sus ovejas.
Un saludo a todos.

El Cubo dijo...

Dormir... ¿qué es eso?
Una perdida de tiempo, está claro. Aunque, bueno, la opción de MATRIX también tiene su aquel, ¿no?