jueves, 6 de octubre de 2011

Ayuno eterno


El humano presionaba con tanta fuerza su cuello contra la boca del vampiro que el pobre a duras penas conseguía mantener la boca cerrada.

5 comentarios:

montse dijo...

Un humano impaciente, vaya novedad. Será cuestión de analizar esa sangre porque tanto ímpetu da que pensar.

Luisa Hurtado González dijo...

Pobrecito vampiro, yo para mi que va a acabar sacando los dientes. Yo lo haría.

Elysa dijo...

Eso es acoso puro y duro, pobre vampiro.

Besitos

Alberto Proset (Ojodegato) dijo...

Acoso, sí. Los humanos no estamos conformes con nada.
Saludetes.

Rosa dijo...

No me extraña que se escondan...Les acosamos.

Besos desde el aire