viernes, 16 de diciembre de 2011

Licántropo


Mi marido es especial, lo sé, eso es algo que nunca me ha ocultado desde que nos conocimos. Para una pareja lo principal es la comunicación y la sinceridad. En el barrio en que vivimos estamos muy bien integrados, y todos conocen la condición de mi esposo. Secretos entre nosotros, ninguno... Bueno sí, no tengo muy claro a dónde irá; pero en las noches de luna llena le gusta salir solo, para liberar el estrés acumulado tras un duro mes de trabajo, dice. Yo lo respeto, entiendo que este tipo de cosas son necesarias para mantener nuestro matrimonio a flote. Lo único que le pido es, que si pasa por el parque, no olvide utilizar las bolsas para las cacas que pone el ayuntamiento junto a las papeleras. No me gustaría que ningún vecino tenga que llamarme la atención.

4 comentarios:

Mar Horno dijo...

Eres el microrrelatista más divertido que leo. Estupendamente escritos y divertidos ¿qué más se puede pedir? No está nada mal poner un lobo en un vida. Un saludo mañanero.

Elysa dijo...

Muy divertido ese final, una estaba esperando sangre y me encuentro con la originalidad de ese final.

Besitos

Elysa dijo...

Muy divertido ese final, una estaba esperando sangre y me encuentro con la originalidad de ese final.

Besitos

Rosa dijo...

Jajajaja, me ha encantado Alberto!!!

Me imagino al hombre lobo parándose a recoger las cacas y poniendo cara de asco...

Besos desde el aire

PD. Gracias por las risas.